Hace ya mucho que Luis Enrique perdió el control del vestuario del Barcelona, pero de un tiempo a esta parte los problemas se le amontonan. Al lío que tiene montado en la portería entre Claudio Bravo y Ter Setegen le precede el roce que mantiene vivo con Aleix Vidal, a quien al parecer no quiere en el equipo a pesar de que de puertas hacia afuera no transmita esa sensación.
Sin embargo, es un secreto a voces que el asturiano quiere al lateral fuera y así se lo habría reconocido a la directiva. El problema, no obstante, radica en que el Barça tira el anzuelo pero nadie pica, porque el jugador se ha devaluado a marchas forzadas desde que aterrizara en el Camp Nou y nadie está dispuesto a desembolsar una cifra elevada por él.
La idea de Luis Enrique es sacar tajada por Vidal para posteriormente lanzarse a la caza y captura de otro futbolista más de su gusto. Por lo visto, este podría ser Guillermo Cuadrado, quien piensa el técnico que podría desempeñar una labor similar a la que realizaba Dani Alves dentro del campo. El nulo cartel de Vidal, sin embargo, complica los deseos del asturiano.