Si estos dos partidos no habían salido como se esperaba, quien se debía encargar de dar un puñetazo encima de la mesa y sacar las cosas adelante, era alguien con peso en el vestuario y con personalidad para ello. El jugador perfecto era Sergio Ramos y el de Camas no defraudó. Al finalizar el partido, y con todos ya en el vestuario, Sergio Ramos pidió atención, antes incluso de que hablara Zidane.
“¡Somos el Madrid, y esto no se puede repetir!” Empezó el capitán. “¡Son dos empates, no dos derrotas, no quiero ver a nadie cabizbajo! Dejamos ya estos partidos atrás, nos centramos en el Dortmund y en volver a ganar. Vamos a sacar esto adelante, porque creemos en el míster y por el escudo que llevamos, así que nada de estar tristes”, finalizó Ramos. El capitán quiso animar al equipo antes de que Zidane hablara y lo consiguió. El equipo salió del vestuario dirección al autobús pensando ya en la Champions y con ganas de volver a conseguir una victoria.