Todos los culés no son nacionalistas

El explícito apoyo del Barcelona al proyecto soberanista catalán ha conseguido hartar a parte de la afición culé que vive fuera de Catalunya. Y es que la concatenación de patinazos de lo que el Espanyol tildó de "nacionalbarcelonismo" lastra la imagen de un club que por un lado pretende expandir su imagen por el club a la vez que defiende un proyecto que podría condenar al club a convertirse en un equipo asfixiado en una liga regional menor.

El guiño de la "hora catalana" de la web culé, el mensaje de felicitación en Twitter a Puigdemont, los guiños de Piqué en las redes sociales y la excesiva presencia política en la última campaña presidencial blaugrana pueden hartar a una afición a la que en su mayoría le desagrada la deriva blaugrana y la utilización política por parte de unos directivos que pretenden que el Barcelona sea un instrumento de propaganda nacionalista catalana.