El ranking de las mejores 'humillaciones' en el mercado del Madrid al Barça

El ranking de las mejores 'humillaciones' en el mercado del Madrid al Barça

24/07/2018

| Blanca García

¿Cuáles han sido las mayores ‘humillaciones’ en los despachos de Chamartín a la Ciudad Condal?

Luis Figo: Uno de los fichajes más tensos y humillantes del puente aéreo. El jugador luso era el futbolista predilecto de la afición culé, pero Florentino le convenció para fichar por el eterno rival. Cuando volvió al Camp Nou con la camiseta blanca, el público del Barça, que por lo general suele permanecer adormilado en su asiento, mostró la cara más fea del fútbol lanzando objetos cada vez que el crack luso se disponía a lanzar un córner. En el club blanco Figo cosechó sus mayores éxitos como futbolista ganando la Champions, la Copa Intercontinental y el Balón de Oro. El tiempo y los títulos le dieron la razón. En Barcelona todavía recuerdan su nombre y los títulos que levantó con el eterno rival.

Laudrup: El crack danés llegó a Barcelona por expreso deseo de su entrenador, Johan Cruyff, pero Laudrup decidió pasarse al equipo madridista para decepción de los aficionados culés. El tiempo también le dio la razón a Laudrup, que conquistó cuatro ligas con el Real Madrid.

Ronaldo Nazario: Durante su año en el FC Barcelona demostró un enorme talento y un futuro prometedor, pero sorprendentemente el equipo culé dejó escapar a su mejor jugador, que se marchó al Inter de Milán. Tras varios años en el conjunto italiano fichó por el Real Madrid para jugar con los Galácticos. Con el conjunto blanco volvió a desplegar su mejor fútbol logrando nuevamente el Balón de Oro y ganando el Trofeo Pichichi.

Bernd Schuster: Tras jugar 8 temporadas en el Barça (1980-1988), el centrocampista alemán pasó a formar parte del Real Madrid hasta 1990. Schuster es otra espinita clavada que tiene la afición culé.

Luis Milla: El canterano del FC Barcelona fichó en 1990 por el Real Madrid, donde jugaría durante seis campañas. En Barcelona se lo tomaron como una traición, y la resignación volvió a apoderarse de la afición culé.

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