La mafia, al descubierto (III): árbitros perseguidos para pitar mal al Madrid

La mafia, al descubierto (III): árbitros perseguidos para pitar mal al Madrid

18/10/2021

| Eduardo Martín

Tercera entrega del serial que destapa la mafia de los árbitros

Poco a poco, seguimos desgranando las mentiras y miserias estructurales que ha tenido nuestro fútbol a lo largo de los años. Y es que, lo que se ha vivido aquí en España, difícilmente se pueda repetir en un futuro en cualquier otro país. Y es que, han elaborado un complejo entramado mafioso en el que las persecuciones a los árbitros y las presiones a estos, han quedado reflejadas por las informaciones reveladas y los testimonios de algunos protagonistas.

Muchos se preguntan si esto no ocurre al revés, si el Madrid no ha recibido ayudas arbitrales. Convendría diferenciar errores de actos orquestados. Es cierto que los blancos se han visto favorecidos por decisiones polémicas. Pero son momentos puntuales, en los que un colegiado falla al dictar su veredicto. Algo que se puede repetir en más ocasiones, pero no como un hecho dentro de un movimiento orquestado.

Y es que en contra del conjunto merengue, sí que ha existido esa persecución hacia los árbitros para que piten mal al Madrid. Eso fue lo que le ocurrió a Paradas Romero, que tras 5 años en la élite, tuvo que abandonar su profesión, denunciando presiones del Comité de Árbitros. Su historia contra el equipo blanco es el ejemplo perfecto del doble rasero que buscan desde el comité cuando se pita a según que equipos, siempre con los merengues como perjudicados.

Paradas no se caracterizaba precisamente por ser un árbitro moderado con el Madrid. En 6 partidos que les dirigió, expulsó a 5 jugadores blancos, en dos ocasiones a Mourinho y otra a su ayudante, Rui Faria. Nunca expulsó a ninguno de sus rivales, y señaló dos penaltis a favor y uno en contra de los blancos. Los datos demuestran que para nada les favorecían, aún así, recibió presiones para que fuese más duro contra ellos, lo que le llevaron a abandonar el arbitraje.

Todo se remonta al Villarreal-Real Madrid de la temporada 2011-2012. Un duelo que termina con empate a uno, y los blancos con Sergio Ramos expulsado por doble amarilla, Özil con roja directa por aplaudir irónicamente al colegiado, Mourinho también expulsado por sus protestas. Y Pepe, sancionado días después con dos partidos, por insultos y protestas en el túnel de vestuarios. Aunque seguramente lo más llamativo de ese partido fue la doble amarilla que recibió Marco Ruben y que sin embargo no le supuso la expulsión. Un hecho insólito que nadie comprendió. Desde la Federación intentaron justificarlo diciendo que la primera tarjeta fue para Marcos Senna, que sin embargo estaba de espaldas y mucho más alejado cuando recibió la amonestación. Un despropósito.

Pese a todo ello, el informe arbitral del Comité Técnicos de Árbitros fue excelente para Paredes Romero. Choca que este mismo árbitro, que no dudo en desenfundar las tarjetas hacia el Madrid, fue el mismo que aguantó la mano quieta en el Osasuna-Barcelona en el que Guardiola se comió literalmente al cuarto árbitro y al asistente, gritándole en el oído e incluso dándole una colleja. Xavi también saltó desde el banquillo, pero en aquella ocasión no hubo ninguna expulsión ni tampoco ninguna crítica al colegiado.

Algo que sorprende si tenemos en cuenta lo que ocurrió en un Real Madrid-Rayo Vallecano de febrero de 2013. En el minuto 17 Ramos era expulsado por doble amarilla, la primera por una falta rigurosa, y la segunda por una mano involuntaria. Pero en la segunda parte, el jugador rayista Lass, que ya tenía amarilla, cortó una contra con la mano, sin embargo no le mostró la segunda cartulina. Esto encendió la ira de Mourinho que salió a protestar lo que le valió una tarjeta amarilla según recoge el acta por dirigirse hacia el colegiado diciendo “¡es tarjeta esa mano!”. Pero esto fue insuficiente para el estamento arbitral, ya que En plena reunión, junto al resto de árbitros, Díaz Vega (director del CTA) menospreció la actuación de Paradas Romero, algo que no ocurrió tras aquel Osasuna-Barcelona. Esas presiones, que más tarde confesaría que reciben los árbitros, le llevaron a retirarse tras ese partido entre Madrid y Rayo.

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