El Barça tanteó este verano la incorporación de Álvaro Morata para que fuese su cuarto delantero. El ariete madridista no estaba muy contento por cómo le había tratado el club blanco y no tenía muy claro lo de volver al conjunto madridista y el Barça por expreso pedido de Luis Enrique intentó su fichaje.
De hecho, se llegó a ofrecer pagar el traspaso definitivo a la Juventus para evitar la cláusula de tanteo del Real Madrid y posteriormente ficharlo por una cifra cercana a los 50 millones de euros en una operación que hubiese costado entre ambas cosas una cifra cercana a los 85 millones de euros. Sin embargo, Morata no quiso escuchar al conjunto azulgrana y aunque no tenía claro su vuelta al Real Madrid hasta que Zidane le convenciera de que no iba a ser un parche, sí que tenía claro que el Barça no iba a ser su destino fuese cual fuese su decisión.