No se vio en TV: el gesto de Bellingham que demuestra que la UEFA no debería denunciarle

El futbolista británico está en el punto de mira por lo ocurrido contra Eslovaquia


La celebración de Jude Bellingham sigue dando de qué hablar

La celebración de Jude Bellingham sigue dando de qué hablar




No todo son buenas noticias para Jude Bellingham. Las críticas a las que se le ha sometido desde que comenzó la Eurocopa se silenciaron rápidamente después de su gol de chilena en el descuento contra Eslovaquia. Esa diana otorgó el pase a cuartos de final para los Tres Leones, pero dejó una celebración que no ha pasado desapercibida.

Tanto es así que el diario británico The Times informa que UEFA habría abierto ya una investigación acerca de los gestos del centrocampista blanco: además de lanzar un beso a la grada, llevó su mano a la parte blanda de su fisionomía. El gesto se interpretó como una ofensa al banquillo de Eslovaquia, una visión que el cuerpo técnico de aquel país compartió nada más acabar el partido.

Jude Bellingham dejó claro que el objetivo de aquellos gestos no era la delegación eslovaca, sino “amigos cercanos” que acudieron al VELTINS Arena. En ese mismo comunicado, pidió máximo “respeto” para una selección que a punto estuvo de eliminarles haciendo un partido muy serio. Además de predicar ese respeto, Bellingham lo practicó nada más terminó el choque.

Marcando la diferencia

Con Eslovaquia eliminada, la mayoría de los pupilos de Southgate decidieron celebrar entre ellos tan sufrida victoria. Pero Jude Bellingham, según se puede apreciar en un vídeo publicado por MARCA, acude al centro del campo donde se han reunido casi todos los integrantes de la expedición rival… y se acerca a los que puede para animarles y consolarles.


Los valores y educación que Jude Bellingham ha dejado patente en el terreno de juego contrastan con la supuesta intención que se atribuye a su celebración, un opuesto que no encaja… y que los que conocen bien al ‘10’ inglés resolvieron a la primera: nunca sería capaz de faltar al respeto a un rival de esa forma sin importar el momento o la tensión propia del partido.