Kylian Mbappé ya es oficialmente jugador del Real Madrid. Después de siete temporadas en el PSG, el crack parisino ha dejado atrás tanto su anterior club como su país y formará parte del Madrid las próximas cinco temporadas, en un contrato que cumple con los límites salariales impuestos y con la escala jerárquica -prudente y razonable- del club que preside Florentino Pérez.
Pero el hecho es que Mbappé pudo incorporarse al Madrid en un par de ocasiones recientemente, en una intrahistoria que, en puridad, se ha alargado más de la cuenta por las presiones de Catar, el PSG y todo un estamento político y social que llevó -la última vez que el Madrid intentó su fichaje- a Emmanuel Macron, presidente de la República francesa, a intervenir en el asunto para aleccionar al jugador galo a que se quedara en París.
Si nos retrotraemos en el tiempo, la primera toma de contacto del Madrid con Mbappé se produce en 2017. El futbolista todavía jugaba en el Mónaco, donde despuntó aquel año, lo que produjo un interés notable de varios clubes, estando en la puja el Madrid y el PSG. Finalmente, el entorno de Mbappé le recomendó fichar por el París, para jugar en el equipo de su ciudad y seguir creciendo profesionalmente en Francia.
“Francia no es el mejor campeonato del mundo, pero siempre he sentido la responsabilidad, como jugador emblemático, de ayudar a que la liga crezca”, admitía Mbappé a su círculo más cercano cuando el PSG se hacía, sobre la bocina, con el joven delantero por un montante de 180 millones de euros, en lo que fue el traspaso más caro de la historia del fútbol.
A partir de entonces, Mbappé se encontró en un equipo sin apenas experiencia, con todo el aparato del Estado catarí detrás, pero sin ninguna fortaleza institucional como club. Miles de millones gastados en sun sinfín de entrenadores, jugadores… pero sin un proyecto deportivo claro y definido. Tan es así, que desde que el fondo soberano de Catar QSI se hiciera con el equipo, en el año 2011, aún no han ganado ninguna Copa de Europa, llegando a la final de 2020, que perdió contra el Bayern por un solitario tanto de Kingsley Coman.
Ya en 2019, Mbappé entrevió que quería un cambio de aires. Fue durante una gala de premios cuando el ariete admitió que su etapa en París podría estar a punto de finalizar: “Es un momento muy importante para mí. Creo que estoy llegando a un primer o segundo punto de inflexión en mi carrera. Creo que he descubierto muchas cosas aquí y ahora siento que, quizá, es hora de tener más responsabilidad. Espero que sea en el PSG o tal vez sea en otro lugar para un nuevo proyecto”. Fue el primer aviso, pero en Catar obviaron al galo.
En el verano del año 2021, el Madrid tiró la casa por la ventana y ofreció hasta 200 millones en la recta final del mercado estival de fichajes. El club que preside Florentino Pérez mandó un correo electrónico a los franceses antes de cerrarse la ventana de traspasos, pero desde París despreciaron la oferta y ni siquiera respondieron. Entonces, Mbappé y Florentino iniciaron una toma de contactos de manera constante y las relaciones institucionales entre Real Madrid y PSG se deterioraron.
La siguiente parada fue al año próximo, después de que Mbappé le prometiera a Florentino que saldría libre en 2022. Cosa que no sucedió. Fue entonces cuando toda la maquinaria de Catar se puso manos a la obra, con Macron en primera línea, que terminaron presionando de tal manera que Mbappé acabó renovando hasta 2024.
El año pasado, Florentino Pérez se mantuvo firme y esperó a que Mbappé saliera gratis en 2024, lo que ha terminado por suceder. Al final, el destino estaba escrito y Kylian ha cumplido su sueño: ser futbolista del Real Madrid.
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